“Nadie da duros por cuatro pesetas” me han dicho siempre.
Por más que nos intenten ocultar la información, las mentiras tienen las patas
muy cortas y la verdad siempre acaba descubriéndose. Esto es lo que ha sucedido
esta semana, cuando el presidente Rajoy ha confirmado algunos ajustes que ya se
venían desvelando semanas atrás.
Hace unos meses nos intentaron calmar asegurando que España no necesitaría financiación, luego dieron un paso al frente y reconocieron que necesitarían dinero para inyectar a los bancos, pero nada llamarlo rescate. Después pasaron a denominar las cosas por su nombre y se habló de “ayuda”, pero eso sí, sin condiciones ni recargos sobre los ciudadanos. Y ahora por fin, después de tantos meses de misterio e intriga, sabemos en boca del presidente las medidas que tiene que adoptar nuestro gobierno como contrapartida del primer tramo de ayuda europea de 30.000 millones de euros para sanear el sistema financiero español.
Hace unos meses nos intentaron calmar asegurando que España no necesitaría financiación, luego dieron un paso al frente y reconocieron que necesitarían dinero para inyectar a los bancos, pero nada llamarlo rescate. Después pasaron a denominar las cosas por su nombre y se habló de “ayuda”, pero eso sí, sin condiciones ni recargos sobre los ciudadanos. Y ahora por fin, después de tantos meses de misterio e intriga, sabemos en boca del presidente las medidas que tiene que adoptar nuestro gobierno como contrapartida del primer tramo de ayuda europea de 30.000 millones de euros para sanear el sistema financiero español.
Resulta curioso, España recibirá dinero que tendrá que
devolver con unos intereses, los que pagaremos los ciudadanos a base de
impuestos. Para que nos concedan esta “ayuda” los ciudadanos nos tendremos que
apretar más el cinturón. Y lo mejor de toda esta historia es que, a pesar de
que esta financiación irá a parar a los bancos, no se espera que fluya el
crédito hasta 2015. Resulta gracioso, vamos a ayudar a las entidades que nos
han llevado a la ruina y esto a costa de empobrecer más a la población. Lo entiendo,
“es necesario”.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCon el anterior presidente tampoco se llamaban a las cosas por su nombre, o, ¿que es del “no estamos en crisis”?, así vamos…, si se hubieran echo las cosas en su debido momento, tal vez, “otro gallo cantaría”. Como comentas, somos nosotros los que nos tendremos o nos apretamos ya el cinturón, y por tanto, quienes sufrimos las consecuencias de esos vaivenes políticos, que no comportan más que inseguridad e inestabilidad futura del país.
ResponderEliminarLos de arriba siempre van a estar bien, independientemente de la situación del país, y los de abajo que somos los que menos culpa tenemos de la situación actual, y los que menos nos podemos permitir desbarajustes en nuestras vidas, somos los que realmente sufrimos por ello, quienes asumiremos las consecuencias negativas y de donde se sacará hasta más no poder para dar un vuelco a la crisis actual.