En un mercado cambiante caracterizado por la inestabilidad y
la precariedad laboral, son muchas las personas que deciden tomar las riendas
de su futuro y jugar un rol activo a nivel laboral.
El miedo a perder el trabajo, no saber hasta cuándo vas a
cobrar un salario, no poder desarrollar tus habilidades, no trabajar motivado
ni de lo que has estudiado… son situaciones que generan estrés y empeoran los
resultados del trabajo.
La satisfacción de tomar esta decisión es doble: por un lado
trabajas de lo que te gusta y por otro tú eres el jefe e ideólogo del proyecto.
Y a la hora de tomar esta decisión la actitud tiene mucho que ver ya que son
más los profesionales en activo (59%) que estarían dispuestos a crear su propia
empresa en caso de no encontrar trabajo que las personas que se encuentran en
una situación de desempleo (41%).
España se sitúa en el puesto 23 de Europa en cuanto a facilidad
para montar un negocio, es solo un ejemplo de los muchos obstáculos con los que se encuentran autónomos y
emprendedores a la hora de crear su propia empresa. En estos momentos los esfuerzos
de las administraciones se deberían centrar en facilitar la actividad
empresarial, mejorar el acceso a la financiación, eliminar trabas
administrativas a la hora de crear una empresa… Actualmente, el 57,5% de la
financiación de la emprendeduría corresponde a capital aportado por los propios
emprendedores frente a un 42,5% de financiación externa. Hacer de un hobby una
profesión es un lujo que hoy en día no todo el mundo se puede permitir, pero
que con recursos e ilusión se puede conseguir.
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