miércoles, 26 de septiembre de 2012

Una profesión en decadencia


La crisis está pasando a factura a los medios de comunicación y desde 2008 las empresas periodísticas españolas han prescindido de cerca de 8.000 trabajadores. Pero la destrucción de los puestos de trabajo no es la única preocupación de un sector cada vez más cuestionado y en decadencia. 


Bajos salarios, intrusismo laboral, noticias poco elaborada, pésimas condiciones laborales, información partidista, sensacionalismo… es el panorama actual de los medios de comunicación, cada vez menos independientes, con menos recursos y con menos personal.

Ya no pensando en el futuro de esta profesión sino en el presente, la situación no es optimista. Nos encontramos con unos medios dependientes de la publicidad, que condicionan los contenidos y es la principal fuente de ingresos de estas empresas, “que no pueden ser críticos con quién les paga”. Y esto sucede también en los medios públicos, que no quieren periodistas que destapen las incompetencias y los escándalos de los gobernantes y quieren personas que se limiten a transmitir a la sociedad los contenidos que ellos marcan. Esto es información de calidad y las investigaciones son tonterías. 

A la reducción de personal y de salario, en esta profesión se suma otro elemento a tener en cuenta: el intrusismo laboral. Se debate sobre si es necesario tener la carrera de periodismo para ejercer esta profesión y sobre si el periodismo la puede ejercer cualquiera. Es cierto que no todos los contenidos que se enseñan en los cuatro años de carrera son aplicables y útiles, pero esto no quiere decir que cualquiera pueda ser periodista.

¿La gente estaría informada sino hubiera periodistas? Sí, sin duda. Pero la pregunta que nos tenemos que hacer es otra, ¿qué tipo de información queremos conocer? La función social del periodismo está desapareciendo para transformarse en una función propagandística. Por desgracia parece que importa más la cantidad que la calidad, el titular sensacionalista que el informativo, una imagen impactante que un buen reportaje. 

El último cotilleo de un futbolista es más comentado que la guerra de Siria y resulta curioso como un buen reportaje no resulta tan interesante como las novedades del Iphone5.
Los grandes reportajes están dando paso a los teletipos de agencia, la calidad está quedando desbancada por la cantidad de noticias que se publican al día y los sucesos ganan peso en decremento de la economía. Y no es para menos, a los buenos periodistas se los cargan porqué dicen las cosas como son y no se andan con tapujos, están recortando personal cualificado, rebajan los sueldos, se contrata a personas que no tienen la titulación porque resulta más barato… y así funciona el sector. 

Vivir dignamente de la profesión…. Impensable.

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