Dicen que
soñar es gratis pero cuando lo que soñamos se convierte en realidad no siempre
sale barato. “La deuda ha sido la moneda con la que ha sido posible comprar los
sueños” dice el economista Santiago Niño Becerra en su libro “Más allá del
crash”.
Pero como es
bien sabido, nadie da duros por cuatro pesetas y todo el dinero que nos han
prestado, ahora toca devolverlo, y con intereses. En un solo año, los intereses
que España pagará a los mercados por su deuda se dispararán en casi 10.000
millones respecto a los de 2012 y el año que viene el Estado deberá afrontar
el pago de 38.590 millones en intereses que generará la deuda.
Y este
incremento se “comerá” la subida de la recaudación del IVA que el Gobierno
contempla para 2013, que crecerá en 6.364 millones respecto a 2012, hasta los
54.657 millones de euros.
De esta
manera, el coste de la deuda pública se convierte en la segunda mayor partida
de los Presupuestos del Estado (tras las pensiones) y supera la de gastos de
personal.
La deuda pública española seguirá
creciendo el próximo año, hasta superar el 90% del PIB, por encima del 85,3 % del PIB con
el que está previsto cerrar el presente ejercicio y lejos queda la cifra de 2007,
cuando la deuda pública española era del 36,3% del PIB.
Por lo tanto queda claro que nos está costando caro el
vivir a costa del crédito; de los 169.775 millones de euros que el gobierno
gastará en 2013, hay que tener presente que 38.590 se destinarán a pagar
intereses de la deuda (casi el 23%). Es decir, de cada euro del presupuesto general del Estado, 23 céntimos irán
destinados a pagar los sueños, que en este caso no han sido gratis.
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