martes, 20 de noviembre de 2012

El lado más dramático de la crisis


Los casos de suicidios motivados por la crisis están empezando a salir a la luz, que no quiere decir que no se lleven produciendo desde hace tiempo, pero se han silenciado para no crear alarma social.
Los últimos casos seguidos de suicidio por desahucio –y los que no se han hecho públicos- ponen de manifiesto las peores consecuencias de la crisis económica, que está acabando con las clases medias y está llevando cada vez a más personas a la pobreza extrema. Gracias al clamor popular este tema está sobre la mesa y en la agenda del Gobierno. 

Ante esta realidad no es de extrañar que las reivindicaciones de la ciudadanía se hagan oír cada vez con más fuerza y respaldo a través de protestas como las protagonizadas por los miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o Stop Desahucios, las manifestaciones del 15M o del movimiento Rodea el Congreso e incluso con las huelgas generales, que ya llevamos dos en lo que va de año. 

Nos encontramos con un panorama desolador, donde el hurto de productos de alimentación en los supermercados es la única alternativa que tienen algunos para comer, con falta absoluta de expectativas de futuro, con poquísimas opciones a nivel laboral… y por desgracia cada mes las listas del paro aumentan, las pensiones bajan, los precios se incrementan, los salarios se reducen… 

Pero parece que a quién le tiene que llegar este mensaje de reivindicación ciudadana haga oídos sordos. Desesperanza, falta de dinero, de trabajo, de expectativas en la vida y otros muchos factores pueden llevar a una persona a quitarse la vida, pero en estos momentos la crisis económica es el detonante de un gran número de casos. 

A falta de cifras oficiales -ya que los últimos datos sobre suicidios del INE son del 2010- el diario 20 minutos ha publicado algunas cifras que me parecen interesantes resaltar. Por ejemplo en Cataluña los suicidios aumentaron un 10% el año pasado cuando hubo 541 casos y las tentativas aumentaron un 21,8%. Pero la comunidad catalana no es la única que ha obtenido cifras peores que años atrás, los vascos registraron en 2011 la mayor cifra de muertes por este motivo de su historia con 179 casos. Y este porcentaje aumentará con la crisis económica, a pesar de que no haya ningún responsable político que hable de la proliferación de suicidios en nuestro país. Pero el problema de los desahucios no acaba aquí, sino que hay que tener en cuenta las consecuencias dramáticas que supone para los niños que sufren esta situación catastrófica. 

Desde el inicio de la crisis, en España los desahucios han afectado a unas 400.000 familias, que no han podido hacer frente al pago de sus créditos hipotecarios. Y ante esta situación, la ley española establece que si una persona no puede hacer frente al pago de la hipoteca, la entidad financiera prestataria procede a embargar la vivienda. Pero además, se le exige al individuo seguir pagando la deuda. Una solución a este problema sería aplicar la dación en pago, que permite a las familias saldar la deuda con la entrega de la casa. Lo que no hay derecho es que te quiten tu vivienda y encima tengas que pagar por una “propiedad” que te han quitado los bancos.

Los ciudadanos no dejan de pagar porqué quieren sino por qué no pueden hacer frente a sus deudas y tal y como se ha comentado “la gente debe dinero por qué no tiene dinero”. La tasa de morosidad ha pasado del 0,72% en 2007 (antes de empezar la crisis económica) al 9,42% este verano

Ante el drama social que atraviesan miles de ciudadanos, el gobierno ha puesto un parche para paralizar dos años los desahucios de colectivos vulnerables, pero para poder acogerse a esta medida los requisitos no son pocos (ser familia numerosa, tener a su cargo un menor de tres años, ser deudores en paro y sin prestación por desempleo, tener una persona con discapacidad o en situación de dependencia y determinados casos de violencia de género, entre otros). Misión imposible cumplir estos requisitos, imprescindibles para acogerse a esta medida.


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