La decisión del presidente catalán Artur Mas de adelantar
las elecciones autonómicas catalanas al 25 de noviembre ha supuesto un gasto
superior a los 8,5 millones de euros. Esta es la suma que se han gastado los partidos con representación parlamentaria para sus respectivas campañas electorales.
Para financiarlas, los partidos, además de acceder
las entidades financieras para obtener créditos y préstamos bancarios, también
se han acogido a otras fórmulas para conseguir dinero. Por ejemplo Ciutadans ha
financiado la campaña a través de bonos retornables y microdonaciones a través
de su web o la de Solidaritat per la Independencia, que la financiará
íntegramente con fondos propios. Por su parte, el líder de los socialistas
catalanes, Pere Navarro, ha pedido a sus diputados que aporten cada uno 1.500
euros para la campaña electoral.
Respecto a los anteriores comicios de 2010 todas las
formaciones han reducido sus presupuestos, pero aun así el coste de unas
elecciones no pasa desapercibido para nadie. CiU es el partido que más ha
gastado en esta campaña (3.037.000 euros)
a pesar de reducir en un 25% su presupuesto de campaña y la ha financiado con
subvenciones electorales y con un crédito bancario. El PSC, que reconoce que
atraviesa una situación económica complicada, ha reducido su presupuesto un 33%
hasta los 2.161.000 euros y ha
pedido a sus diputados que hagan una aportación de 1.500 euros por persona para
la campaña. El presupuesto destinado a la campaña es ligeramente inferior en el
PP, que ha gastado 1.950.000 euros,
un 20% menos que en 2010.
Las pequeñas formaciones, como por ejemplo ICV-EUiA ha
decidido buscar liquidez al margen de las entidades financieras para financiar
los 500.000 euros de la campaña (un
60% menos que el gasto de la de 2010). La formación ecosocialista ha optado por
emitir bonos retornables en dos años con un interés del 3% y acudir a las
donaciones de particulares, desde 10 euros hasta un tope de 1.000 euros, como
establece la ley electoral. La formación independentista de ERC lo ha reducido
un 50% y ha gastado medio millón,
sin contar el gasto del envío de correspondencia publicitaria que cifra en 850.000 euros.
La campaña más austera ha sido la de Ciutadans, con un
presupuesto de 200.000 euros, que
los ha financiado a través de bonos retornables y con microdonaciones desde su
página web. Y la formación Solidaritat per la Independència ha financiado su
campaña con fondos propios y aportaciones de los representantes parlamentarios
y pequeñas donaciones privadas.
¿Es necesario enviar a cada ciudadano las listas de cada
partido cuando las papeletas ya las tenemos el día de las elecciones en los
colegios electorales?
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