jueves, 6 de diciembre de 2012

Echar mano de la hucha de las pensiones

El envejecimiento de la población, la reducción de la natalidad y el aumento de la población desempleada caracterizan la estructura demográfica española actual. Estas tendencias, que se están pronunciando en los últimos años debido en parte a la crisis económica, nos llevan a plantearnos la sostenibilidad del actual sistema de pensiones y a preguntarnos si en un futuro no muy lejano el Estado podrá ofrecer y garantizar a la población unas pensiones dignas.
Por un lado, la pérdida de empleos está agravando el déficit público ya que el Estado recibe menos ingresos por cotizaciones y gasta más en pensiones y prestaciones por desempleo. Esto conlleva que la ratio afiliados/pensionistas, básica para la sostenibilidad del sistema de pensiones, haya alcanzado el nivel más bajo de los últimos 10 años. En estos momentos en España, por cada pensionista hay 2 afiliados a la Seguridad Social y analizando este ratio se observa que la relación entre cotizantes y pensionistas sigue bajando.

El desempleo comportará problemas para pagar las pensiones debido al cociente entre pensionistas y cotizantes. Nuestro sistema de pensiones es de reparto, que se basa en que la generación de ocupados contribuye al pago de las pensiones actuales, por lo tanto el individuo no cotiza para su propia pensión.
Tal y como lo definen los economistas, “el sistema de reparto se basa en un acuerdo o contrato intergeneracional por el que las generaciones activas dan soporte a las jubiladas a cambio de un compromiso de que cuando alcancen la edad de jubilación también ellos recibirán la pensión”. Pero debido a la disminución de la población activa, que financian las pensiones actuales, no está muy claro que en un futuro se puedan garantizar estos pagos.
Por otro lado, el gobierno volverá a usar la hucha de las pensiones, el fondo de reserva de la Seguridad Social, que cuenta con más de 67.000 millones, para pagar la última nómina de los pensionistas en diciembre. Previamente, el ejecutivo ya aprobó en septiembre la utilización de 3.063 millones de euros del fondo de reserva para solventar problemas de tesorería.

Ante este panorama debemos tener en cuenta que existe otro sistema de pensiones, el de capitalización, que consiste en que los trabajadores actuales ahorren hasta generar un fondo que financiará sus propias pensiones cuando se retiren. Este modelo supone incrementar la responsabilidad individual, ya que la cantidad aportada por cada ciudadano a lo largo de su vida laboral determinará su pensión futura, cada individuo cotiza para su propia pensión.
En estos momentos nos encontramos con que cada vez hay menos trabajadores y por tanto menos aportaciones y recursos en la caja de la Seguridad Social por cada jubilado, colectivo que según indican los estudios demográficos parece que se incrementará en los próximos años. Además hay que añadir otro problema con el que nos encontramos: que muchos de los jubilados actuales cobran pensiones altas en comparación con la de años atrás mientras que los sueldos de la población activa cada vez tienen bases de cotización más bajas.
La Seguridad Social cerrará 2012 su segundo año consecutivo en déficit, el desfase de este año será 15 veces mayor que el del ejercicio anterior y se prevé que cierre con un agujero de 10.500 millones.

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