La justicia es para quién pueda pagársela. A partir de ahora, con la entrada en vigor de la ley de tasas que ha aprobado el gobierno español, habrá ciudadanos que decidirán no acudir a ella o peor aún, habrá personas que no podrán acceder a este derecho.
Con la
imposición de estas tasas judiciales lo que se consigue es que los ciudadanos
decidan no acudir a los juzgados contra sanciones impuestas por la propia
administración. Aquellos que menos recursos tienen no podrán reclamar sus
derechos. En el caso de que el ciudadano ganara el proceso judicial, la nueva
ley no fija ningún plazo de tiempo para devolverle el dinero que ha depositado
en las tasas y aunque pasen años, no cobrará intereses de demora. Al ciudadano
le costará más reclamar una factura o recurrir una multa que pagar el importe
de ésta.
Además hay que
tener en cuenta que el ciudadano pagará unas tasas si recurre alguna sanción
impuesta por la administración, pero si es la administración quien denuncia al
ciudadano, no pagará. A partir de ahora la administración general del Estado,
las comunidades autónomas, las entidades locales, los organismos públicos
dependientes de ellas y las cortes generales quedan exentos de pagar los costes
judiciales y para ellos la justicia será gratuita.
A través de este nuevo sistema de tasas, que se
extiende a toda la población, el gobierno prevé recaudar 306 millones de euros
y por primera vez se aplican
las tasas a todos los ciudadanos que tengan ingresos superiores a los 1.100
euros mensuales.
Un divorcio ordinario conllevará una tasa de 300
euros, cifra a la que hay que sumar el porcentaje sobre los bienes. Los asuntos
familiares que impliquen a menores o procesos matrimoniales sobre custodia de
menores y pensión por alimentos están exentos de tasas judiciales.
Otro ejemplo: un trabajador que recurra un despido improcedente tendrá
que pagar 500 euros en tasas y
si los tribunales no le den la razón hasta la última instancia, el importe
asciende hasta los 1.250 euros.
En el caso de una demanda por una deuda entre particulares, la tasa judicial
inicial es de 100 euros, si la sentencia se recurre el coste es de 800 euros y
si llega al Tribunal Supremo esta cantidad asciende hasta los 1.200 euros.
Con esta nueva medida recaudatoria las injusticias quedarán impunes y solo las personas con mayor poder adquisitivo serán las que podrán
acudir a la justicia.
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