Los drones, o también denominados UAV por sus siglas en
inglés, son aviones no tripulados que se usan principalmente en asuntos
militares. Por ejemplo el ejército americano ha lanzado ataques en Afganistán y Pakistán con
drones equipados con misiles para bombardear. "Ocho muertos en ataque de Estados Unidos con aviones no
tripulados en Yemen”, “Drones
de Estados Unidos matan a 40 personas en Pakistán en menos de dos semanas” o
“EE.UU. alcanza en 2012 una cifra récord de ataques con drones en Afganistán,
con 447 operaciones” son algunos titulares recientes que he encontrado sobre el
uso militar de estos aviones no tripulados.
A pesar de las ventajas que tienen –pequeñas dimensiones, permiten grabar o realizar instantáneas, control a distancia, evita bajas de los pilotos…- no podemos olvidar que estos dispositivos han acabado con la vida de civiles y niños inocentes. El hecho de que el piloto esté separado físicamente del dron hace que pierda sensibilidad ante las muertes que ocasiona al no presenciarlas in situ, sino virtualmente. Pero los drones son más que aviones no tripulados controlados desde un ordenador, no solo se usan para operaciones militares sino que también sirven para vigilar, marcar las coordenadas de una posición así como otras funciones.
Parece ser que ahora la Unión Europea quiere seguir los pasos de Estados Unidos en el uso de drones para vigilar las fronteras y autoriza el uso de estos vehículos no tripulados en la costa mediterránea para controlar la inmigración. La UE utilizará drones para vigilar las embarcaciones que pretenda desembarcar en España, Francia, Italia o Grecia.
Pero ahora, además de su uso en operaciones militares y de
espionaje, se amplía su ámbito de actuación para usos civiles, que a día de hoy
En España solo pueden operar de forma experimental a falta de marco de
regulación. Algunas de las funciones que podrán desarrollar son la detección de
incendios, el control del tráfico urbano, vigilar manifestaciones o llevar a
cabo estudios climatológicos entre otras funciones.
También se están popularizando para un uso doméstico y se
pueden adquirir en centros comerciales por poco más de 300 euros. Estos drones
domésticos se pueden manejar desde una Tablet o smartphone.
Lo que empezó como una práctica militar se está expandiendo
a otros ámbitos. Si es positivo o negativo depende de cómo se mire. Lo que hay
que tener presente es que no dejan de ser un medio de vigilancia de la
ciudadanía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario