A raíz de uno de los últimos indultos concedido por el Gobierno de Rajoy a un conductor kamikaze condenado a 13 años de prisión por haber conducido durante 5 kilómetros en dirección contraria por la AP-7 y haber causado la muerte de un joven de 25 años, se ha reabierto el debate sobre la medida de gracia que el Gobierno puede otorgar de forma arbitraria y sin justificación.
Resulta curioso como una ley que está en vigor desde 1870, que permite indultar sin justificación alguna, no ha sido derogada por ningún partido en todos estos años. A lo mejor es porqué a ninguno le interesa poner fin a este “privilegio”, ya que es una medida de gracia que beneficia, entre otros, a políticos que han cometido delitos contra la Administración.
Pero son múltiples los delitos que a lo largo de estos años han sido perdonados por los diferentes Gobiernos que han estado en el poder. Sean del color que sean, todos han perdonado a culpables de delitos tan variados como homicidios, estafas, robos con violencia, prevaricación urbanística, torturas… entre otros de una lista que no tiene fin.
Repasando cifras, el récord se lo lleva José María Aznar al conceder en el año 2000 un total de 1.731 indultos. Si echamos la vista atrás, no debemos pasar por alto otros años, como 1998, cuando Aznar indultó más de 1.500 condenados o 1994 con los 1.154 perdones que concedió Felipe González. Sobre el número de indultos concedidos por el ejecutivo de Rajoy en 2012, Libertad Digital los cifra en 501, cantidad superior a los 301 que concedió Zapatero en 2011.
Todas estas medidas de gracia tienen algo en común: perdonan un delito, no justifican la decisión, vemos falta de transparencia y no importa el tipo de delito de que se trate. Según cifras publicadas por La Marea, Felipe González aprobó un total de 6.010 indultos desde 1982 hasta 1996; José María Aznar aprobó, de 1996 a 2004, un total de 5.946 y José Luis Rodríguez Zapatero sumó 3.186 en sus mandatos de 2004 a 2011.
Teniendo en cuenta estas cifras nos damos cuenta que lo que tendría que ser una medida excepcional se ha convertido en una práctica habitual del ejecutivo español, que es el que concede esta medida que supone el perdón de la pena, pero no del delito. La persona indultada, a pesar de que se le perdone el cumplimiento de su condena, sigue siendo culpable de los hechos delictivos cometidos.
Los indultos se conceden individualmente por medio de reales decretos que se publican en el Boletín Oficial del Estado y según los números publicados, en los últimos 10 años se han perdonado en nuestro país más de 4.000 condenados. Estos datos chocan con los de otros países como es el caso de Estados Unidos, donde Obama ha perdonado en cuatro años a 22 ciudadanos.
ste claro tema que expones, es sin lugar a dudas otra gran ejemplo de que no tenemos democracia. Es decir, la separación de poderes es inexistente. En referencia al tema, el poder judicial esta subordinado al gobierno en muchos aspectos. Partiendo de que la elección de los miembros del poder judicial son elegidos por el gobierno, hasta esta ley de indultos. Por muchas resoluciones que culpen a ciertos miembros de la casta, siempre aparecen dos personas: el gobierno con su justo ministro de justicia y el jefe de estado, el único español al que no le persigue la ley por constitución.
ResponderEliminarEntonces, la única descripción de este país a día de hoy es la Partitocracia clientelar. Es decir, la dictadura de los partidos al servicio de sus amigos. Los indultos son un claro ejemplo de esto.