La brecha social no deja de crecer y cada vez es más pronunciada la diferencia entre las rentas más altas y las más bajas. En España la desigualdad ha crecido más que en el resto de países de Europa hasta alcanzar el nivel más alto de la democracia.
Desde 2006, en nuestro país el distanciamiento entre los que más tienen y entre los más necesitados se ha incrementado un 30%. A medida que hay una clase social que no se ve afectada por la situación actual, sino más bien al contrario, ya que se enriquece más, cada vez hay más personas que viven bajo el umbral de la pobreza. Según un informe de Cáritas, un 26,8% de los españoles viven en situación de pobreza y exclusión social.
Mientras que los ingresos de la
población con rentas más baja cae un 5% anual, las rentas de los hogares más
ricos no para de crecer, hasta el punto de que ganan 7 veces más que los más
pobres. Y en un punto intermedio está la clase media, que había sido el motor
de crecimiento de la economía española durante las últimas décadas, y que en
estos momentos de recesión económica está desapareciendo. Y todo esto sin
olvidar a los jóvenes, con una tasa de paro del 55%, que son uno de los
colectivos más castigados por la crisis debido el elevado riesgo de exclusión
en el mercado laboral.
Los hogares sin ingresos se han
duplicado a lo largo de estos años de crisis pasando de ser 300.000 durante el
año 2007 a más de 630.000 en 2012. El aumento del paro y la caída de las rentas
más bajas han disparado la brecha social en nuestro país. Sin olvidar los
recortes en las partidas de sanidad y educación, que elevan la desigualdad al
tratarse de 2 capítulos que son los que más contribuyen a estrechar la brecha
entre quienes más y menos tienen.
El conjunto de remuneraciones
salariales cayó en el cuarto trimestre de 2012 un 8,5% anual respecto al mismo
periodo del año pasado según el primer Informe sobre la desigualdad. La crisis
ha aumentado en España el índice de la denominada “pobreza laboral” y en tan solo
tres años, de 2007 a 2010, esta tasa ha aumentado del 10,8% al 12,7%. Pero
mientras la mayoría de los sueldos han descendido, hay algunos altos directivos
que se aumentan el salario aunque la empresa haya reducidos sus beneficios. Ya
lo dicen, para que haya ricos tiene que haber pobres.
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