Con un 26,8% de paro, España se sitúa en segunda posición, solo
por detrás de Grecia, en el ranking de paro de Unión Europea. Y no solo en
cifras globales estamos en las primeras posiciones, junto con el país heleno y
Portugal, sino que también nos llevamos la medalla de plata en paro juvenil,
con 964.000 jóvenes españoles sin trabajo, que representa un 56,4%.
En nuestro país ya hay cerca de 2 millones de hogares con todos
los miembros en paro y el número de personas que llevan más de un año buscando
empleo (desempleados de larga duración) alcanza el 56,3%. Ante esta situación
de “exclusión” del mercado laboral de algunos colectivos de la población, el
Banco de España propone contratar por debajo de los 645,30 euros del Salario
Mínimo Interprofesional (SMI) a
los colectivos que tienen mayor dificultad para encontrar un empleo.
Con este panorama, no es de extrañar que cada vez sea más
frecuente que los jóvenes busquen salidas laborales fuera de nuestras
fronteras. Desde que comenzó la crisis económica, se han marchado de
España 300.000 jóvenes y en el último año fueron 60.000 las personas, la
mayoría jóvenes, que abandonaron nuestro país.
Tener una carrera e incluso un máster ya no es garantía de trabajo
ni un valor añadido ya que cada vez son más las personas que optan por seguir
estudiando ante la imposibilidad de encontrar un empleo. Lo que para muchos es
una última salida, para los dirigentes del PP salir fuera de España a trabajar es “estar en casa” ya que trabajar en la UE no se considera trabajar en el
extranjero.
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