viernes, 22 de noviembre de 2013

Financiación colectiva de proyectos

Añadir una nueva funcionalidad a una página web, lanzar un nuevo producto o impulsar un proyecto son algunas de los motivos por los que las empresas y particulares optan por buscar financiación a través de plataformas de crowdfunding. La revista La Marea, el documental L’endemà de la productora Isona Passola (Pa Negre), la aplicación localizadora de gente soltera Meetings, el Festival Django de Hospitalet… Son solo algunas iniciativas que han visto la luz gracias al apoyo de los denominados “mecenas”, que son las personas que hacen aportaciones a cambio de recibir recompensas, como pueden ser experiencias o productos relacionados con el proyecto en el que invierten.

Este modelo de crowdfunding en el que se ofrece a los ciudadanos una recompensa como contraprestación a su aportación –denominado crowdfunding de recompensa– es la categoría más desarrollada por un 63% de las plataformas y la que lidera el mercado en volumen de recaudación. Pero no es el único tipo de crowdfunding existente, ya que también nos encontramos con otras plataformas en las que las empresas ofrecen acciones o participaciones de la misma a las personas que realizan aportaciones en sus proyectos, que se denomina crowdfunding de inversión. Por su parte, en el crowdfunding de préstamo la financiación va destinada a préstamos, consiguiendo unos intereses por ellos. Y por último está el crowdfunding de donación, en el que no hay una contraprestación para los ciudadanos que financien los proyectos.

Empresas y particulares. Tal y como indican desde Infocrowdsourcing, comunidad que proporciona información del mundo del crowdsourcing y crowdfunding en España y Latinoamérica, “esta herramienta no sólo está orientada a empresas, sino también a particulares con proyectos concretos, como por ejemplo iniciativas creativas”. En el caso de las plataformas orientadas a empresas, el perfil de las que buscan financiación son start-ups o pymes de reciente creación que han tenido dificultad para encontrar crédito a través de los bancos. A las plataformas generalistas también acuden grandes empresas con un gran número de consumidores en torno a la marca y que buscan probar la aceptación de un nuevo producto y aumentar su notoriedad.


Este método de financiación colectiva permite que la ciudadanía contribuya con cualquier cantidad de dinero a fomentar el desarrollo de una iniciativa. Los creadores que buscan financiación pueden publicar su proyecto en las plataformas existentes, describiendo en qué consiste la idea, la cantidad de dinero que necesitan para tirarla adelante, los tramos de donaciones y las recompensas que a cambio recibirán los mecenas. Para recaudar la cantidad demandada, disponen de un período de tiempo limitado. Si una vez que finaliza el plazo, el creador llega al 100% de lo solicitado, recibe el dinero para implantar la idea, mientras que si en el caso contrario no obtiene el importe demandado, el dinero se devuelve a los mecenas.


Pero hay que tener en cuenta que este funcionamiento puede variar en función de cada plataforma. Como aconsejan desde la Asociación Española de Crowdfunding Spaincrowdfunding, “es importante definir el mensaje que se quiere transmitir, tener una buena historia que contar y ser capaz de hacerla llegar a tu target”.


60 plataformas. Lánzanos, Goteo y Verkami son algunas de las plataformas de crowdfunding más populares en nuestro país, donde hay más de 60, siendo Estados Unidos la meca del crowdfunding con Kickstarter como referente. Tal y como se desprende del estudio “Experiencias de crowdfunding en el Estado español y Catalunya” de X.net, el mayor mercado de crowdfunding es, actualmente, Estados Unidos, pero Europa le sigue a buen ritmo, donde existían contabilizadas en el primer trimestre de 2012 unas 452 plataformas y un millón de proyectos llevados a cabo con éxito.


La falta de subvenciones en proyectos culturales y sociales, la dificultad para encontrar financiación en los bancos y el auge de las redes sociales que permite a empresas y creadores dirigirse directamente a su público objetivo son algunos de los motivos que explican el auge de esta forma de financiación. En España supuso en 2012 una cifra de 9,7 millones de euros, según el estudio publicado a finales de agosto en Infocrowdsourcing.


El importe medio que se demanda y el índice de éxito y fracaso varía en función del tipo de proyecto. Pero según los datos publicados en la web de Verkami, el 70% de las peticiones logran la financiación necesaria para realizarse y los mecenas aportan de media unos 39 euros por proyecto. En Lánzanos, en funcionamiento desde 2010, más de 220 iniciativas se han financiado con éxito y el dinero recaudado supera los dos millones de euros. El crowdfunding se presenta como una herramienta útil para financiar proyectos de pequeños presupuestos, mientras que resulta más complicado para aquellos que requieran una inversión más elevada y que se prolonguen en el tiempo.


Noticia publicada en Cataluña Económica

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