Adaptarse
y reinventarse, así como emprender, son algunas de las palabras que
están de moda en época de crisis. A pesar del cierre de negocios,
también surgen nuevas oportunidades e ideas que se adaptan a las
necesidades de los ciudadanos. Los sectores relacionados con las nuevas
tecnologías, como el desarrollo de videojuegos, las aplicaciones y la
movilidad, al igual que los negocios que ofrecen soluciones económicas
como las tiendas de segunda mano y otros que aprovechan los materiales
en desuso están creciendo en estos momentos.
Iniciar
un negocio no es sencillo, y menos en estos tiempos, sin embargo hay
actividades que suponen una oportunidad en época de crisis. Es el caso
de Kilo Ropa, una red de tiendas que vende ropa al peso en España con el
objetivo de “poder acercar al público las prendas al mejor precio”.
Fundada en 2011, se ha consolidado a lo largo de estos años hasta sumar
un total de 12 tiendas. De cara a los próximos años, cuenta con un plan
muy ambicioso, que contempla entre diez y doce aperturas anuales.
Ropa al peso
El
ahorro es una ventaja competitiva que le diferencia de otras tiendas de
ropa y complementos, al ofrecer sus prendas hasta un 70 por ciento más
económicas. Con cientos de prendas de segunda mano y nuevas para todos
los públicos, la ropa sale por 19,90 euros el kilo, la piel y el cuero
por 24,90 euros el kilo y los zapatos por 9,90 euros el kilo. “Un
vaquero que pesa 510 gramos, en Kilo Ropa cuesta 10,15 euros y una
camisa que pesa 350 gramos, vale 6,96 euros”, ejemplifican desde la
compañía.
A
diferencia de otras tiendas, según indican fuentes de la empresa, “el
número de clientes va en aumento”, con un tícket medio de compra que va
desde los dos hasta los cien euros. A fecha de hoy, Kilo Ropa cuenta con
una tienda propia en Alicante y la previsión es abrir dos más en Elche y
Valencia. El resto son “tiendas de otras personas”, nos cuentan, “Kilo
Ropa no es una franquicia, es un contrato de licencia de marca”.
Otro
negocio nacido en la crisis que está funcionado es Zicla, que en 2008
empezó a desarrollar sus propios productos fabricados con material
reciclado tras iniciar su actividad en 2005 como almacén para concentrar
y distribuir artículos reciclados. Su primera referencia propia fue un
separador de carril bici, denominado “Zebra”, al que le siguió la
creación de una plataforma de autobús, ambos fabricados con residuos de
cable eléctrico. Además de comercializar sus propios productos, la
empresa también realiza actividad de consultoría relacionada con la
valorización de residuos para la Administración, y desde el 2009 también
a empresas interesadas en desviar sus residuos de los vertederos a
industrias con procesos y tecnologías capaces de aceptarlos.
El
primer desarrollo de la empresa, el separador de carril bici elaborado a
partir de plástico reciclado, fue reconocido como el segundo mejor
producto de plástico reciclado de Europa en 2011 y es uno de los modelos
adoptados por Barcelona para su red de carril bici. De formas
redondeadas y sin cantos, está disponible en tres alturas: 5,9 y 13
centímetros. Además, el separador se utiliza en Zaragoza, Granada, San
Sebastián, Bilbao, Málaga, Ceuta y también ha sido instalado en Londres y
Washington.
Productos reciclados
Tal
y como explican desde la compañía, en 2010 iniciaron el proceso de
internacionalización, vigente a día de hoy, que le ha permitido
“disponer de distribuidores en el Reino Unido, Estados Unidos,
Australia, Nueva Zelanda y Chile, además de contar con un delegado
comercial en Francia, así como de una franquicia en México”. Zicla da
valor a los residuos que se tiran a vertederos o incineradoras,
transformándolos en productos comercialmente viables. Un ejemplo es el
cable eléctrico, “en este caso, el residuo de la recuperación de cobre a
partir de cable eléctrico en desuso se tritura y se mezcla con PVC
reciclado de otros orígenes, como restos de mangueras, se transforma en
granza y finalmente se inyecta en forma de productos para tráfico:
separadores de carril bici, piezas para plataformas para paradas de
bus…”. También desarrolla hormigón con capacidad para absorber impactos,
con fibras de caucho procedentes de neumáticos fuera de uso.
Zicla
se ha orientado básicamente al desarrollo de productos reciclados para
mobiliario urbano y sus clientes naturales en España son los
ayuntamientos, aunque también las empresas de señalización y las
constructoras. Por otro lado, las empresas que tienen residuos y buscan
soluciones para su valorización también son clientes de la empresa. “Por
un lado, la crisis ha reducido la demanda de productos de todo tipo,
incluidos obviamente los reciclados, pero por otra parte, ha hecho que
las empresas estén más abiertas a considerar la bondad ambiental y
económica de valorizar sus residuos para mejorar su cuenta de resultados
y su posicionamiento en el mercado”, apuntan desde la empresa.
La
facturación actual de Zicla supera el medio millón de euros y espera
duplicar esta cifra en dos años. En este momento, el 85% de sus ingresos
procede de España y el 15% restante de los mercados exteriores, y el
objetivo es llegar a un 50% en cada mercado en un plazo de dos años.
Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Chile
son algunos de los países donde la compañía está exportando sus
soluciones.
Artículo publicado en Cataluña Económica
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